domingo, 30 de mayo de 2010

Si no lo veo, no lo creo

¿Cuántas veces hemos aludido al sentido de nuestra vista como juez supremo que permite dictaminar sobre la veracidad de las cosas?... Si no lo veo, no lo creo...

Pues bien, ni siquiera la vista se escapa a ser engañada. Aquí os dejo uno de mis efectos ópticos favoritos: Aunque resulte absolutamente increíble, resulta que los cuadros del tablero A y B tienen exactamente el mismo color gris, cosa que se puede comprobar con paint o photoshop:


Lo que me parece realmente fascinante del caso es que una vez hecha la comprobación (que recomiendo), al ver la imagen original nuevamente, el ojo se niega a aceptar la evidencia.

Nuestro cerebro se fía muy especialmente de nuestra vista. ¿Tiene, en realidad, una buena consejera? ¿Qué es mejor que la vista, entonces?

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